"Colocad las bolas de billar en su triángulo y romped con un golpe limpio. Imaginad que la mesa no tiene troneras y que no existe la fricción, así que las bolas rebotan sin cesar, sin llegar a pararse nunca; ¿con qué precisión seríais capaces de predecir la trayectoria de una bola concreta mientras choca contra las demás? En 1978, el físico Michael Berry calculó que sólo se pueden predecir nueve colisiones antes de incluir en la ecuación el efecto gravitatorio de una persona plantada en la habitación. Si vuestro cálculo inicial de la posición de una bola no es exacto por un solo nanómetro, la predicción se vuelve inútil en cuestión de segundos."