En La Plata, mi ciudad, hay una tradición de fin de año muy local.
Después de terminar el año escolar en diciembre, y antes de salir de vacaciones en enero, los adolescentes se juntan en las esquinas durante la última semana del año, a construir los llamados "muñecos de fin de año".
Se trata de esculturas de madera y cartón, que representan escenas y personajes populares.
La construcción dura alrededor de una semana, durante la cual los chicos construyen y las chicas detienen a los automovilistas, cruzando una siga a través de la calle, para pedirles "una contribución para el muñeco".
Hay mucha competencia entre barrios, hay incursiones vandálicas en los muñecos de los otros, hay guardias de noche para que los del barrio de al lado no vandalicen el propio.
Hay tardes interminables de mate, sol arrasador, clavos y pintura, hay acampes, hay fogones, hay parejitas que empiezan y terminan, hay amoríos de verano que no se olvidan nunca.
Las familias platenses nos subimos al auto el 31 a la tarde, y salimos a recorrer la ciudad, para ver los muñecos de las esquinas más famosas.
Algunos fueron esponsoreados por los comercios de la zona, otros venden gaseosas y hambuguesas para recuperar lo que invirtieron.
Después del brindis de las 00:00hs del primero de enero, entre la 1:00 y las 2:00 de la mañana, los muñecos se queman como un símbolo del año que se va.
Antes y después de la quema hay fiesta barrial, a veces con baile y bebidas, donde los chicos que hicieron el trabajo tienen su momento de realización
La costumbre no es muy antigua, comenzó a mediados de los 90s como una deformación de la del "Rey Momo" del carnaval.
Por supuesto se trata de una tradición peligrosa, pero la Municipalidad adoptó por una vez una estrategia inteligente: los muñecos que pasen una revisión de seguridad, se publican en el diario local y participan de una competencia en la que los platenses votan cuál es el mejor.
Por suerte, una de las características únicas de esta ciudad es la abundancia de espacios abiertos y lugares amplios, donde una columna de fuego de 20 o 30 metros de alto no corre riesgo de iniciar una tragedia.
Los muñecos que no se construyan en los lugares permitidos, no participan de la competencia. Y a ningún adolescente le gusta que lo excluyan de salir en el diario.
Así que bueno, esa es una de las tradiciones de mi ciudad, donde las diagonales tienen género y el pollo se compra en pollajerias, donde se viaja en micro y la pelota se va al óbol.
Una ciudad que, a pesar de la desidia, corrupción y mala fe de sucesivos intendentes y gobernadores, y gracias al diseño genial de hace casi un siglo y medio, sigue siendo una de las más vivibles que conozco.
Me parece que el final de este hilo es el lugar correcto para agregar
¡Feliz 2021 para todos!
Gracias por la compañía y la buena onda en este año tan raro, mastodontes.
Les dejo un himno de mi ciudad
Hashtags para el hilo de más arriba
@SeverianX ¡Feliz 2021! (?)