Los robots de Asimov son máquinas construidas por ingenieros para cumplir una función.
Si bien tienen inteligencia y consciencia, estas están edificadas en torno de los principios rectores dados por su fabricación, las famosas "tres leyes de la robótica"
1. Un robot no puede dañar a un ser humano o permitir por inacción que un ser humano sea dañado.
2. Un robot no puede desobedecer una orden dada por un ser humano, siempre que no entre en conflicto con la primera ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia, siempre que esto no entre en conflicto con la primera y segunda ley.
Las historias de robots giran en torno a cómo estas tres leyes dan forma comportamiento de los robots, y como las personas fallamos una y otra vez al humanizarlos